jueves, 28 de septiembre de 2017

“Más chiquito que una arveja, más grande que una ballena”, Graciela Montes 

Había una vez un gato muy grande. Tan grande, pero tan grande, que no pasaba por ninguna puerta. Tan grande, pero tan grande, que cuando estaba enojado y hacía ¡FFFFF! Se volaban todas las hojas de los árboles. Tan grande, pero tan grande, que cuando hacía ¡MIAUUUU! Todos creían que habían llegado los bomberos porque había un incendio.
Y había también un gato muy chiquito. Tan chiquito, pero tan chiquito, que dormía en una latita de paté y, cuando hacía frío, se tapaba con un boleto capicúa. Tan chiquito, pero tan chiquito que, cuando andaba de acá para allá, todos lo confundían con una pelusa. Tan chiquito que, para verlo bien, había que mirarlo con microscopio.
El Gato Grande era muy famoso en el barrio.
Todos los vecinos hablaban de él y lo mimaban mucho.
– ¡Qué gato tan hermoso! – decían.
– ¡Los gatos grandes son hermosísimos! – decían.
El Gato Grande comía mucho. A la mañana bien temprano los vecinos le traían cinco palanganas de leche tibia. Al mediodía le traían una carretilla de hígado con mermelada (que era su comida favorita). A la tardecita le dejaban preparada una bañera de polenta, por si se despertaba con hambre en la mitad de la noche. Cuando los vecinos le traían la comida, el Gato Grande sonreía (porque algunos gatos saben sonreír) y se ponía a ronronear. Cuando el Gato Grande ronroneaba hacía un RRRRRRRRRRR tan fuerte que todos miraban para arriba porque creían que pasaba un helicóptero por el cielo.
El Gato Chiquito, en cambio, no era nada famoso. Nadie hablaba de él en el barrio y nadie lo mimaba ni un poquito. (En realidad, al Gato Chiquito casi nadie lo veía siquiera.)
Al Gato Chiquito nadie le traía comida nunca. Ni a la mañana. Ni al mediodía. Ni a la tardecita.Claro que el Gato Chiquito comía muy poco. Con dos gotas de leche tenía bastante. Y una aceituna le duraba una semana. (Al Gato Chiquito le encantaban las aceitunas.)
Cuando el Gato Chiquito encontraba una aceituna, aunque nadie lo veía, también sonreía. Y, aunque nadie lo escuchaba, también ronroneaba.Un día el gato Chiquito salió a dar un paseo. Y caminó y caminó por la calle más larga del barrio. Tip tap tip tap tip tap, caminaba el Gato Chiquito. Y ese mismo día el Gato Grande también quiso salir a dar un paseo. Y caminó y caminó por todas las calles, y también por la calle más larga del barrio. Top tup top tup top tup, caminaba el Gato Grande.El Gato Chiquito y el Gato Grande caminaron y caminaron. Cada vez que el gato Grande caminaba dos cuadras, el Gato Chiquito terminaba una baldosa. Y cuando el sol estaba bien alto, pero bien alto, el Gato Grande y el Gato Chiquito se encontraron frente a frente. Los dos en la misma vereda de la calle más larga del barrio. El gato Grande hizo ¡FFFFF! Para mostrarle al Gato Chiquito que él era el más fuerte. Hizo ¡FFFFF! Para que el Gato Chiquito lo dejase pasar primero. Pero el Gato Chiquito no se movió de su baldosa. Ni un poquito. Entonces el gato Grande hizo ¡FFFFFFFF! (Fue un ¡FFFFF! muy fuerte.)
Y el Gato Chiquito rodó como una pelusa hasta el cordón de la vereda. Y se cayó en charquito tan hondo pero tan hondo que casi se ahoga. Pero no se ahogó. Nadó hasta la orilla del charco y se trepó de nuevo al cordón. (El Gato Chiquito era chiquito, ¡pero valiente!) Se subió de un salto a un adoquín que había por ahí y él también hizo ¡fffff! (fue un ¡fffff! muy chiquito). El Gato Chiquito hizo ¡fffff! porque él también estaba enojado.
Y ahí se quedaron los dos, frente a frente.
Al Gato Grande, el Gato Chiquito le parecía más chiquito que una arveja. Al Gato Chiquito, el Gato Grande le parecía más grande que una ballena.
Entonces el Gato Grande se enojó muchísimo más. Se enojó como sólo pueden enojarse los gatos grandes.
Estiró una pata y sacó las uñas. (Tenía unas uñas filosas como espadas filosas.) Y ¡zas! Le dio un zarpazo al Gato Chiquito. Pero el Gato Chiquito no tuvo miedo. De un salto se subió a la pata del Gato Grande y le tiró con mucha fuerza de los pelos cortitos que le crecían justo al lado de las uñas filosas. (A los gatos les duele muchísimo cuando les tiran de los pelos cortitos, sobre todo si son los que crecen al lado de las uñas filosas)
Miauuuu – maulló el Gato Grande.
Y fue un MIAUUUU tan fuerte que trescientos cincuenta y dos vecinos vinieron a ver qué pasaba. Los trescientos cincuenta y dos vecinos se pusieron en ronda a mirar. Todos miraban con ojos redondos, pero nadie entendía nada de nada. Todos veían al Gato Grande, que se revolcaba por el suelo y maullaba y maullaba y maullaba. Pero nadie veía al Gato Chiquito, que estaba bien escondido entre los pelos del Gato Grande. Y corría por el lomo… de la cabeza a la cola… de la cola a la cabeza… y se trepaba a una oreja… y se hamacaba en los bigotes… y le hacía cosquillas en la nariz y… Aaachus – estornudó el Gato Grande.
Y los trescientos cincuenta y dos vecinos que miraban con ojos redondos salieron volando por el aire como barriletes. Todos menos el Gato Chiquito, que estaba bien agarrado del bigote más gordo del Gato Grande y resistió el estornudo.
Los trescientos cincuenta y dos vecinos fueron volviendo, poco a poco. Ya no tenían los ojos redondos. Ahora tenían las cejas fruncidas. Estaban bastante enojados. Se habían dado cuenta de que no le gustaba salir volando por el aire como barriletes. Tampoco les gustaba tener que oír un MIAUUU más fuerte que la sirena de los bomberos. Empezaron a protestar.
– ¡Este gato está demasiado grande! – decían.
– ¡Los gatos tan grandes son muy molestos! – decían.
Y después todos juntos dijeron:
– ¡Ufa!
Y el Gato Grande le dio vergüenza y se puso colorado (porque algunos gatos se ponen colorados). Entonces el Gato Chiquito se bajó de un salto del bigote del Gato Grande y se empezó a pasear por la vereda. Iba y venía. Y daba otro saltito.
– ¡Oia! ¡Un gato chiquito! – dijeron todos.
– ¡Más chiquito que una arveja! – dijeron.
– ¡Los gatos chiquitos son hermosísimos! – dijeron.
Y desde ese día, en el barrio, los gatos famosos son dos: el Gato Grande y el Gato Chiquito. Claro que las cosas cambiaron un poco.
Los vecinos ya no le dan tanta comida al Gato Grande. Nada más que tres palanganas de leche tibia y media carretilla de hígado con mermelada. Al Gato Chiquito, en cambio, le llevan dos pedacitos de hígado, tres aceitunas y un dedal de leche cada mañana.
Parece ser que ahora el Gato Grande está bastante menos grande. Cuando hace ¡FFFF! Ya no tira más que diez o doce hojas de los árboles. Y parece que el Gato Chiquito está empezando a crecer.
Me dijeron que últimamente ya no entra en la latita de paté; se va a tener que mudar a una lata de duraznos en almíbar. (Lo que no sé es si querrá regalarme el boleto capicúa cuando ya no lo use más de frazada.)

fuente:https://udlerlorena.wordpress.com/2013/04/29/cuentos-para-contar-y-dar-de-leer/

miércoles, 27 de septiembre de 2017

El caso Gaspar

(en “Un elefante ocupa mucho espacio”)
Aburrido de recorrer la ciudad con su valija a cuestas para vender -por lo menos- doce manteles diarios, harto de gastar suelas, cansado de usar los pies, Gaspar decidió caminar sobre las manos. Desde ese momento, todos los feriados del mes se los pasó encerrado en el altillo de su casa, practicando posturas frente al espejo. Al principio, le costó bastante esfuerzo mantenerse en equilibrio con las piernas para arriba, pero al cabo de reiteradas pruebas el buen muchacho logró marchar del revés con asombrosa habilidad. Una vez conseguido esto, dedicó todo su empeño para desplazarse sosteniendo la valija con cualquiera de sus pies descalzos. Pronto pudo hacerlo y su destreza lo alentó: -¡desde hoy, basta de zapatos! ¡Saldré a vender mis manteles caminando sobre las manos!- exclamó Gaspar una mañana, mientras desayunaba. Y -dicho y hecho- se dispuso a iniciar esa jornada de trabajo andando sobre las manos.
Su vecina barría la vereda cuando lo vio salir. Gaspar la saludó al pasar, quitándose caballerosamente la galera: – Buenos días, doña Ramona. ¿Qué tal los canarios?
Pero como la señora permaneció boquiabierta, el muchacho volvió a colocarse la galera y dobló la esquina. Para no fatigarse, colgaba un rato de su pie izquierdo y otro del derecho la valija con los manteles, mientras hacía complicadas contorsiones a fin de alcanzar los timbres de las casas sin ponerse de pie.
Lamentablemente, a pesar de su entusiasmo, esa mañana no vendió ni siquiera un mantel. ¡Ninguna persona confiaba en ese vendedor domiciliario que se presentaba caminando sobre las manos!
caso gaspar
– Me rechazan porque soy el primero que se atreve a cambiar la costumbre de marchar sobre las piernas… Si supieran qué distinto se ve el mundo de esta manera, me imitarían… Paciencia… Ya impondré la moda de caminar sobre las manos… -pensó Gaspar, y se aprestó a cruzar una amplia avenida.
Nunca lo hubiera hecho: ya era el mediodía… los autos circulaban casi pegados unos contra otros. Cientos de personas transitaban apuradas de aquí para allá.
– ¡Cuidado! ¡Un loco suelto! -gritaron a coro al ver a Gaspar. El muchacho las escuchó divertido y siguió atravesando la avenida sobre sus manos, lo más campante. – ¿Loco yo? Bah, opiniones…
Pero la gente se aglomeró de inmediato a su alrededor y los vehículos lo aturdieron con sus bocinazos, tratando de deshacer el atascamiento que había provocado con su singular manera de caminar. En un instante, tres vigilantes lo rodearon:
– Está detenido -aseguró uno de ellos, tomándolo de las rodillas, mientras los otros dos se comunicaban por radioteléfono con el Departamento Central de Policía. ¡Pobre Gaspar! Un camión celular lo condujo a la comisaría más próxima, y allí fue interrogado por innumerables policías:
– ¿Por qué camina con las manos? ¡Es muy sospechoso! ¿Qué oculta en esos guantes? ¡Confíese! ¡Hable!
Ese día, los ladrones de la ciudad asaltaron los bancos con absoluta tranquilidad: toda la policía estaba ocupadísima con el “Caso Gaspar -sujeto sospechoso que marcha sobre las manos”.
A pesar de que no sabía qué hacer para salir de esa difícil situación, el muchacho mantenía la calma y -¡sorprendente!- continuaba haciendo equilibrio sobre sus manos ante la furiosa mirada de tantos vigilantes. Finalmente se le ocurrió preguntar:
– ¿Está prohibido caminar sobre las manos?. El jefe de policía tragó saliba y le repitió la pregunta al comisario número 1, el comisario número 1 se la transmitió al número 2, el número dos al número 3, el número 3 al número 4… En un momento, todo el Departamento Central de Policía se preguntaba: ¿ESTA PROHIBIDO CAMINAR SOBRE LAS MANOS? Y por más que buscaron en pilas de libros durante varias horas, esa prohibición no apareció. No, señor. ¡No existía ninguna ley que prohibiera marchar sobre las manos ni tampoco otra que obligara a usar exclusivamente los pies!
Así fue como Gaspar recobró la libertad de hacer lo que se le antojara, siempre que no molestara a los demás con su conducta. Radiante, volvió a salir a la calle andando sobre las manos. Y por la calle debe encontrarse en este momento, con sus guantes, su galera y su valija, ofreciendo manteles a domicilio…
¡Y caminando sobre las manos!
Elsa Isabel Bornemann
 

martes, 26 de septiembre de 2017

Cuento gigante- Elsa Bornermann
(Basado en el poema “El gigante de ojos azules” de Nazim Hikmet)
Existió una vez un hombre con el corazón tan grande, tan desmesuradamente grande, que su cuerpo debió crecer muchísimo para contenerlo. Así fue como se trasformó en un gigante. Este gigante se llamaba Bruno y vivía junto al mar. La playa era el patio de su casa; y el mar, su bañadera. Cada vez que las olas lo encerraban en su abrazo desflecado de agua salada, Bruno era feliz.
Por un instante dejaba de ver playa y cielo: su cuerpo era un enorme pez con malla dejándose arrastrar hacia la orilla.
La estación del año que más quería Bruno era el verano. En ella, su patio playero (solo y callado durante el resto del año) volvía a ser visitado por los turistas y a llenarse de kioscos. Entonces, también Bruno se sentía menos solo.
El primer día de un verano cualquiera, Bruno conoció a Leila.
El gigante acababa de salir del mar y caminaba distraído. Sus enormes huellas quedaban dibujadas en la arena. De tanto en tanto, Bruno volvía su rizada cabeza para verlas.
De pronto, otros pies, unos pies pequeñísimos, empezaron a pisarlas una por una…
Eran los pies de Leila, una mujercita, apenas más grande que sus propias huellas.
Bruno se detuvo asombrado:
-¿No me tienes miedo?– le preguntó, doblando la cintura.
Leila (larga trenza castaña rematada en un moño) simuló no escucharlo.
Bruno se le acercó un poquito:
-¿Eres sorda acaso? Te he preguntado si no tienes miedo…- y el aliento del gigante hizo agitar las cortaderas de las dunas.
La mujercita se rió:
-No, ¿por qué habría de temerte? Eres tan hermoso… La belleza no puedo hacer daño…
Bruno se estremeció:
-¿Hermoso yo?
-Sí, eres hermoso. Me encanta el metro de azul que tienes en cada ojo…
El segundo día de aquel verano, Bruno se enamoró de Leila.
-¿Quieres casarte conmigo? -se animó a preguntarle, quebrando la timidez por primera vez en su vida.
-Sí –Le contestó ella-. Quiero casarme contigo… - y se alejó saltando.
El tercer día del verano, no bien la siesta se despertó, Bruno corrió hacia el mismo lugar del encuentro, buscando la larga trenza castaña.
Y la encontró, muy ocupada, juntando almejas en un balde.
-¡Hola, Leila! –le dijo después de mirarla unos segundos en silencio.
-¿Que tal, Bruno? –le respondió ella. Esa tarde, y hasta que terminó el verano, el gigante y la mujercita se encontraron en la playa todos los días.
El último día de las vacaciones, Bruno la tomó de la mano y la llevó (con los ojos cerrados) a conocer la casa que él mismo había construido frente al mar.
-Puedes abrir los ojos, Leila – le dijo, (tras caminar un largo trecho por la playa). Esta será nuestra casa; aquí viviremos cuando nos casemos… Y el corazón de Bruno hizo agitar su camisa tanto o más que el viento…
Lo primero que vio Leila fue el zócalo que le llegaba hasta las rodillas…
Después miró la puerta, de la que ni siquiera podía alcanzar el picaporte…
Finalmente echó su cabecita hacia atrás y la contempló entera… Una gigant4esca casa de piedra ocupó su atención durante media hora: el tiempo necesario para verla de frente, con sus pequeños ojos.
Puerta de madera, tallada con extraños arabescos…
Ventanales con vidrios azules…
Una cúpula allá, en lo alto, tan lejos de la playa… tan cerca de las nubes…
-¡No me gusta! (le gritó Leila de repente con su vocecita chillona). ¡No me gusta!
-Pero si todavía no la has visto por dentro… -dijo el gigante un poco triste… y, tomándola en brazos, franqueó la entrada y llevó a Leila hacia el interior de la casa.
No bien pisaron la alfombra del vestíbulo, Leila protestó:
-¿Y esas escaleras? ¿Para qué tantas escaleras? ¿No hay ascensor en esta casa? ¿Piensas que me la voy a pasar el día subiendo las escaleras?
-Pero por esta escalera podrás alcanzar el verano… (le explicó Bruno tartamudeando). Esta otra te llevará a la terraza… Desde allí miraremos ahogarse el sol en el mar todos los atardeceres… Aquella sube hasta la noche de Reyes… Podrás poner tus zapatos cada vez que lo desees… Esa llega a un jardín de aire libre… Allí tendrás todo el que quieras para llenarte las manos… Esa es otra…
-¡No, no y no y réqueteno! (exclamó Leila pataleando) ¡No me gusta esta casa! Yo quiero una casita chica, bien chiquitita, con cortinas de cretona y macetitas con malvones…
-Pero allí no cabría yo… (gimió Bruno). No cabría…
-Podrías sacar la cabeza por la chimenea (aseguró Leila, furiosa) y desenrollar tu barba por el tejado… y estirar los brazos a través de las ventanas… y deslizar una de tus piernas por la puerta y doblar la otra… y…
No… Bruno era un gigante. Y esa mujercita no sabía que el corazón de un gigante no cabe en una casa chiquitita… Un gigante hace todas las cosas “en gigante”… Hasta sus sueños son gigantes… Hasta su amor es gigante… No caben en casas chiquititas… No caben….
Adiós Bruno (le dijo entonces) no puedo casarme contigo y, dando varios saltitos, desapareció de su lado.
A la semana siguiente se casó con un hombrecito de su misma altura, y desde entonces vive contenta en una casita de la ciudad, con cortinas de cretona y macetas repletas de malvones.
¿Y Bruno? Pues Bruno sigue allá, junto al mar.
Sabe que cualquier otro verano encontrará una mujercita capaz de entender que su corazón gigante necesita mucho espacio para latir feliz.
Y con ella estrenará (entonces) todas las escaleras de la casa de piedra…
Y con ella bailará en la cúpula, al compás de la música marina…
Y con ella tocará (alguna noche) la piel helada de las estrellas…
 
cuento de Elsa Bornermann, del libro: "Un elefante ocupa mucho espacio"
fuente:http://ellaberintosecreto.blogspot.com.ar/2010/12/cuento-gigante-elsa-bornermann.html
 

lunes, 25 de septiembre de 2017

Legenda Guaraní

:*:LA LEYENDA DE LA FLOR DE IRUPE:*:

Leyenda de la Flor de Irupe
( Provincia de Formosa)
FLOR DE IRUPE



Cuenta la leyenda de esta maravillosa flor que la india Morotí y el indio Pitá se amaban. El era fuerte y valiente, ella era dulce y hermosa.

Un día, mientras paseaban por la orilla del río Paraná, Morotí arrojó su brazalete para que Pitá lo rescatara.

Pronto se lanzó al agua el indio enamorado, pero no volvió a surgir de ella. Impulsada por el hechicero de la tribu, Morotí se sumergió también, buscando entre las aguas el cuerpo de su amado.

Pasaron las horas y ninguno de los dos volvió a la vida. Pero al amanecer vieron los indios flotar sobre aquellas aguas una flor extraña en la que el hechicero reconoció a la bella Morotí en los pétalos blancos y al intrépido Pitá, en los pétalos rojos.


Es el Irupé una planta acuática de extraordinaria belleza, que vive en la aguas de ríos del Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina. La palabra Irupé, significa en guaraní " Plato sobre el agua" aludiendo así a las formas de su hojas.
 
fuente:leyendas.peperonity.net

domingo, 24 de septiembre de 2017

Leyenda

EL ZAPATERO FELIZ



Todavía perdura el recuerdo, en una ciudad de Europa, de un alegre zapatero. Era, probablemente, una de las personas más felices de la tierra a pesar de su gran humildad.
Un día el zapatero fue visitado por uno de sus vecinos, un banquero muy rico, que al observar la gran alegría del zapatero entre tanta miseria, no pudo dejar de preguntar:
  • Señor zapatero, si no es molestia, ¿podría decirme cuánto gana usted con su humilde trabajo?
  • Es tan poco dinero, señor, que hasta vergüenza me da decirlo, no se lo tome a mal. Pero dicho dinero me da cada día el pan de mis hijos, y a mí me basta con terminar decentemente el año, aunque tengamos que privarnos, lamentablemente, de muchas cosas. – Respondió el zapatero orgulloso.
Aquella excelente y positiva actitud dejó muy sorprendido al banquero  que, poco después, dijo muy conmovido:
  • Señor zapatero, tome usted estas monedas de oro que le ofrezco desinteresadamente, y guárdelas con esmero para cuando las necesite de verdad.
A partir de entonces la actitud del zapatero cambió, con motivo de sentirse poseedor de una de las mayores riquezas del mundo. Aquella riqueza exigía mucho del zapatero, ya que al haber escondido bajo el suelo de su casa las monedas de oro, era incapaz de descansar y vivir con normalidad. El zapatero había enterrado sin saberlo al mismo tiempo el dinero y su alegría y buen humor, siendo desde entonces huéspedes de su casa, el miedo, la desconfianza, el insomnio y la inquietud. El menor ruido durante la noche, le hacía llenarse de temor ante un posible robo y sus consecuencias.
Hasta que un día, cansado el zapatero de su nueva vida, fue a visitar a su vecino banquero:
  • Oiga, amable señor; quiero devolverle todo su dinero, pues mi mayor deseo es vivir como lo hacía antes.
Y, de esta sencilla forma, el zapatero recuperó su alegría.

fuente:http://www.bosquedefantasias.com/recursos/leyendas-cortas-para-ninos/leyenda-corta-zapatero-feliz

sábado, 23 de septiembre de 2017

Leyenda del cardón
 
 

Cuenta la leyenda que los cardones que hay en los valles, son indios, que convertidos en plantas, aún vigilan los valles y los cerros. ellos velan por la felicidad de sus habitantes que, de esta manera, nunca más  serán perturbados por extraños en conquista de tierra.
pero más trágico es saber cómo se convirtieron en plantas. Se cuenta que en la época de la conquista, el Inca, al ver que los españoles estaban dominando y martirizando a su pueblo, envió emisarios a los cuatro puntos del imperio para organizar las tropas y así dar un golpe mortal al invasor.
para ello, los guerreros se apostaron en puntos claves por donde pasarían los conquistadores, esperando la orden de atacarlo por sorpresa, pero esta orden nunca llegó pues los chasquis enviados fueron capturados en el camino y el Inca fue capturado, torturado y muerto.
Los valientes indios esperaron y vieron, desorbitados, pasar las tropas europeas sin recibir la orden de atacar...paso el tiempo y, desolados, quedaron en sus puestos...la Pachamama, piadosa, los fue adormeciendo y haciéndolos parte de ella... así comenzaron a unirse sus pies a la greda y la Madre Tierra los cubrió de espinas para evitar que los dañaran en su sueño...
Se dice que aún hoy estos estoicos vigías esperan la orden que nunca llegará...

 
Fuentes:https://sites.google.com/site/pueblosoriginariosdortodiez/norte-argentino



martes, 19 de septiembre de 2017


 Leyenda Argentina:  La flor de Ceibo.
 


Anahí, no había nacido con demasiada belleza, sin embargo la dulzura y amor que transmitía al cantar permitía que todos los que la oyeran se enamoraran de su hermosa voz. Así, era conocida Anahí en sus tierras, a las que ella adoraba y admiraba por sus hermosos paisajes entre verdes praderas, bosques, cascadas y sierras.
Mientras caminaba por los bosques y sierras, Anahí cantaba y, de este modo alegraba con su cantar a quien deseara escucharla. Solían decir que era el canto de un pájaro, por su dulzura y amor.
Pero un día, llegaron invasores y los guerreros de su tribu comenzaron a defenderse. Los invasores venían a buscar las tierras y, a su paso, saqueaban y mataban a todo aquel que se presentara.
La lucha duró varios días y Anahí, aunque frágil y joven, participaba de aquellas batallas con el deseo ferviente de defender la tierra que tanto amaba. Luchaba como el mejor guerrero de su tribu pero un día, la secuestraron dos soldados. Ella se resistió pero a pesar de su agilidad, no pudo liberarse. Así fue cautiva de los soldados quienes la tomar como prisionera.
Durante la noche, Anahí logró escaparse pero al salir de su prisión, se encontró con uno de los soldados que la había tomado por prisionera, entonces Anahí, lo mató y huyó rápidamente. El ruido que se produjo en la lucha con ese soldado hizo que otros se despertaran y, mientras ella huía vieron, como moría el soldado que Anahí había matado.
Así la persiguieron, pero ella logró adentrarse en el bosque. Intentó refugiarse entre los árboles que tanto amaba y conocía pero los soldados eran muchos y pronto la encontraron. Como castigo Anahí debía morir.
Fue así que la ataron a un árbol. Anahí intentó soltarse con todas sus fuerzas pero todos sus intentos fueron en vano. Entonces ella comenzó a cantar. Los soldados iban a prender fuego a la niña y al árbol y así lo hicieron a pesar de todo. Mientras el fuego crecía alrededor de Anahí, colores rojos de entre las llamas salían hacia el cielo. En ese momento Anahí logró tocar el corazón de los soldados que la habían tomado como prisionera con su hermosa voz. Pero, aunque maravillados, no la soltaron y las llamas comenzaron a extenderse hacia el cielo, envolviendo a la niña… Pero ella no dejó de cantar hasta el amanecer.
Por la mañana, aquel árbol donde había estado Anahí se había convertido en un árbol con flores rojas, del mismo rojo que salía de entre las llamas mientras Anahí cantaba la noche anterior. Aquel árbol que una noche anterior era un árbol más, se había convertido de la noche a la mañana en un árbol cubierto de una hermosa flor roja a la que le pusieron la flor del Ceibo.
Los soldados, sin poder hablar, quedaron asombrados de aquella flor de magnifica belleza. La flor del ceibo representa a aquella niña guerrera que se defendió hasta la muerte.
En el año 1942 esta flor fue declarada como la Flor Nacional Argentina.
 
Fuentes:https://www.educapeques.com/cuentos-infantiles-cortos/leyendas-para-ninos/leyendas-argentinas-flor-de-ceibo.html



domingo, 17 de septiembre de 2017

EL ORIGEN DEL ARCO IRIS






Fuente: http://lavozdelafilosofia.webnode.es/elpasodelmitoallogos/arco-iris/


Mito el Cóndor

En un pueblo un hombre vivía con su hija, ella tenía como tarea cuidar a las ovejas. Todos los días iba un joven a visitarla mientras ella cuidaba las ovejas, hasta que un día se hicieron buenos amigos.



Un día soleado empezaron a jugar a que él la cargaba y ella a él, cuando de pronto ella se dio cuenta que estaba volando. Desde ese día el joven se convirtió en su cóndor, él la cuidaba, la alimentaba. Pasaron muchos años los dos crecieron tuvieron hijos, pero ella no dejaba de pensar en su padre y todas las noches lloraba ya que había abandonado a su padre y lo había dejado solo con los animales.

Un día ella se encontraba regando las flores y encontró a una mariposa la cual le pidió ayuda para volver a ver a su padre, la mariposa le dijo al cóndor que su esposa y sus hijos habían desaparecido, mientras la mariposa hablaba con el esposo ella escapaba con sus hijos y regresaba con su padre.

Desde que ella regresó con su padre, el cóndor jamás volvió, ella todos los días volaba para ver si veía al cóndor pero nunca más lo volvió a ver. 

fuente: http://www.mitoscortos.com/

miércoles, 13 de septiembre de 2017

¿Qué son las leyendas?
 
 
Las leyendas, y al igual que otro tipo de narraciones literarias como las fábulas, son escritos muy antiguos que se han transmitido durante siglos de generación en generación. Pero los mitos, generalmente, no consisten en lecciones o recomendaciones a seguir para la vida, como pueda ser el caso de las fábulas, sino que nos informan sobre personajes históricos, lugares de interés o seres mitológicos. Las leyendas o mitos cortos, en consecuencia, existen en todo el mundo, y de este modo podemos encontrar leyendas para niños mexicanas, chilenas, griegas, ecuatorianas, celtas o escandinavas. Otorgando la importancia que merece este tipo de narración legendaria e histórica, estamos trabajando para rescatar del olvido las mejores leyendas infantiles cortas para vosotros; leyendas del mundo con las cuales podréis aprender la historia de diferentes lugares. Porque creemos de suma importancia que los niños se formen en la cultura y que aprendan datos relevantes de diferentes lugares, como por ejemplo, de dónde surgen personajes tan conocidos y especiales para ellos, gracias a la animación y a la ficción, como el del dios Thor y su martillo mágico, o el de Hércules y sus famosos trabajos.
Mitos y leyendas rurales, mágicas, mitológicas, indígenas …son muchísimas las posibilidades que permitirán que los más pequeños aprendan y se diviertan a un mismo tiempo, gracias a la brevedad de estos relatos y a su interesante contenido. No os perdáis la recopilación de estas leyendas adecuadas, tanto para niños de primaria como para los más mayores, que estamos reuniendo para nuestros seguidores infatigables del Bosque. Porque, ¿acaso existe algún bosque en el mundo sin leyenda? Pasea ya por nuestros rincones y encuentra tus leyendas cortas favoritas.
 
Fuentes:http://www.bosquedefantasias.com/leyendas-cortas-para-ninos


miércoles, 6 de septiembre de 2017

Festival Iberoamericana de literatura infantil y juvenil

Para tenerlo en cuenta, comparto esta publicación con ustedes!

Santillana Argentina
Te invitamos a participar del 3er Festival Iberoamericano de Literatura Infantil y juvenil que se realizará 
por primera vez en Buenos Aires, el lunes 25 y martes 26 de septiembre de 2017 en el CCK.
Entrada libre y gratuita. Cupos limitados.
Inscripción y programa en: https://goo.gl/ZDtU1b
Consultas: argentina@fundacionsantillana.com
¡Te esperamos! 

lunes, 4 de septiembre de 2017

Fábula con moraleja

El caballo viejo

Un caballo que ya estaba muy mayor fue vendido por su amo a un molinero que lo empleó para que diera vueltas a la piedra de un viejo molino. El caballo no hacía otra cosa desde la mañana a la noche que girar y girar alrededor de aquella rueda, lo cual no sólo le cansaba mucho, sino que lo ponía muy triste.

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Y es que el viejo caballo recordaba lo veloz y famoso que había sido en sus años de juventud, en los que había vivido infinidad de aventuras y también cómo se burlaba de los otros caballos que eran más viejos y lentos que él.

Ahora viéndose en esta situación en la que pasaba sus días atado y dando vueltas a dicho molino, se arrepentía de aquella actitud que había tenido cuando era poderoso:

"Después de las grandiosas vueltas que en mi juventud di en las carreras, mira a que vueltas me veo reducido ahora. Este es un justo castigo por burlarme de aquellos que veía más débiles e inferiores"

MORALEJA
Mejor ser humilde cuando tienes poder, porque un día u otro lo has de perder
El caballo viejo


Fuente: http://www.fabulascortas3.com/2016/05/10-fabulas-cortas-con-moraleja.html 



Fábulas con moraleja


Imagen relacionada


Fuente: https://www.google.com.ar/search?biw=1241&bih=634&tbm=isch&q=fabulas+cortas+con+moraleja

Fábula: El ratón campesino y el cortesano.

El ratón campesino y el cortesano

Ratones
Un ratón campesino tenía por amigo a otro de la corte, y lo invitó a que fuese a comer a la campiña.
Pero como sólo podía ofrecerle trigo y yerbajos, el ratón cortesano le dijo:
- ¿Sabes amigo que llevas una vida de hormiga? En cambio yo poseo bienes en abundancia. Ven conmigo y a tu disposición los tendrás.
Partieron ambos para la corte. Mostró el ratón ciudadano a su amigo trigo y legumbres, higos y queso, frutas y miel.
Maravillado el ratón campesino, bendecía a su amigo de todo corazón y renegaba de su mala suerte.
Dispuestos ya a darse un festín, un hombre abrió de pronto la puerta. Espantados por el ruido los dos ratones se lanzaron temerosos a los agujeros.
Volvieron luego a buscar higos secos, pero otra persona incursionó en el lugar, y al verla, los dos amigos se precipitaron nuevamente en una rendija para esconderse.
Entonces el ratón de los campos, olvidándose de su hambre, suspiró y dijo al ratón cortesano:
- Adiós amigo, veo que comes hasta hartarte y que estás muy satisfecho; pero es al precio de mil peligros y constantes temores. Yo, en cambio, soy un pobrete y vivo mordisqueando la cebada y el trigo, pero sin congojas ni temores hacia nadie.

fuente:https://www.guiainfantil.com/1380/fabulas-para-ninos-el-raton-campesino-y-el-rico-cortesano.html

domingo, 3 de septiembre de 2017

Abrir la ventana

MCRAMOS-ABRIR LA VENTANA


fuente: https://zapamzucum.wordpress.com/tag/poemas/

El bastón





fuente: https://www.google.com.ar/search?q=poesias+de+maria+cristina+ramos&tbm

María Cristina Ramos

María Cristina Ramos

María Cristina Ramos nació en San Rafael (Mendoza) en 1952 y desde 1978 vive en Neuquén.
Es profesora de Literatura, escritora y editora. A lo largo de toda su carrera ha coordinado talleres de lectura y escritura para niños, adolescentes y adultos y ha sido capacitadora de diversos programas de lectura, por ejemplo, el programa Formación de Coordinadores de Talleres Literarios Infantiles del Consejo Nacional de Educación de la Provincia de Neuquén. 
Entre 1982 y 1990 coordinó talleres literarios para niños, jóvenes y adultos dependientes de la Dirección Provincial de Cultura de esa provincia, y  entre 1987 y 1988 fue coordinadora del Plan de Lectura y Escritura Provincial, desde el Departamento de Bibliotecas Populares del Neuquén, que incluyó el programa “Leer es salud”.
En 2002 fundó la editorial Ruedamares. Actualmente, además escribir y de dirigir este emprendimiento editorial, continúa brindando capacitaciones docentes y coordinando talleres literarios dirigidos a los adultos.

ENTREVISTAS
Entrevista con María Cristina Ramos. En: Fundación Leer. Disponible en: http://www.leer.org/Recursos-Educativos/Docentes/Entrevistas/Maria-Cristina-Ramos
 (Consultado el 25 de febrero de 2015)  

Fuente: https://autoresdelij.wordpress.com/2015/02/27/maria-cristina-ramos/

Burbuja, burbuja

composicion poesia

Fuente: https://zapamzucum.wordpress.com/category/poemas/poemas-burbuja/

«El gallo azul»

 «El gallo azul», de María Cristina Ramos

El poema de María Cristina Ramos cobra vida en este video de la mano 
de la voz, la música y la animación. Este recurso es parte de la colección 
«Crecer en poesía», una recopilación de poemas para Nivel Inicial y 
Primario, editada y distribuida por el Plan Nacional de Lectura.




Fuente:  https://www.educ.ar/recursos/128387/crecer-en-poesia?categoria=18961 

Adivina ...adivinador.


Cuentos para domir-"Audio cuento para los más pequeños"


Fábula: El congreso de los ratones.

El congreso de los ratones

Congreso de los ratones, fábulas cortas

Había una vez una familia de ratones que vivía en la despensa de una casa, pero temiendo siempre los ataques de un enorme gato, los ratones no querían salir. Ya fuera de día o de noche este terrible enemigo los tenía vigilados.
Un buen día decidieron poner fin al problema, por lo que celebraron una asamblea a petición del jefe de los ratones, que era el más viejo de todos.
El jefe de los ratones dijo a los presentes:
- Os he mandado reunir para que entre todos encontremos una solución. ¡No podemos vivir así!
- ¡Pido la palabra! - Dijo un ratoncillo muy atento.
- Atemos un cascabel al gatoo, y así sabremos en todo momento por dónde anda.
Tan interesante propuesta fue aceptada por todos los roedores entre grandes aplausos y felicidad. Con el cascabel estarían salvados, porque su campanilleo avisaría de la llegada del enemigo con el tiempo para ponerse a salvo.
- ¡Silencio! – Gritó el ratón jefe, para luego decir:
- Queda pendiente una cuestión importante:
- ¿Quien de todos le pone el cascabel al gato?
Al oír esto, los ratoncitos se quedaron repentinamente callados, muy callados, porque no podían contestar a aquella pregunta. Y corrieron de nuevo a sus cuevas-, hambrientos y tristes.
 
Moraleja: es más fácil proponer ideas que llevarlas a cabo.
 
Bibliografía:https://www.guiainfantil.com/articulos/ocio/cuentos-infantiles/el-congreso-de-los-ratones-fabulas-cortas/

sábado, 2 de septiembre de 2017

Fábula: La cigarra y la hormiga.

La cigarra y la hormiga.


 
La cigarra era feliz disfrutando del verano:  El sol brillaba, las flores desprendían su aroma...y la cigarra cantaba y cantaba. Mientras tanto su amiga y vecina, una pequeña hormiga, pasaba el día entero trabajando, recogiendo alimentos.
- ¡Amiga hormiga! ¿No te cansas de tanto trabajar? Descansa un rato conmigo mientras canto algo para ti. – Le decía la cigarra a la hormiga.
- Mejor harías en recoger provisiones para el invierno y dejarte de tanta holgazanería – le respondía la hormiga, mientras transportaba el grano, atareada.
La cigarra se reía y seguía cantando sin hacer caso a su amiga.
Hasta que un día, al despertarse, sintió el frío intenso del invierno. Los árboles se habían quedado sin hojas y del cielo caían copos de nieve, mientras la cigarra vagaba por campo, helada y hambrienta. Vio a lo lejos la casa de su vecina la hormiga, y se acercó a pedirle ayuda.
- Amiga hormiga, tengo frío y hambre, ¿no me darías algo de comer? Tú tienes mucha comida y una casa caliente, mientras que yo no tengo nada.
La hormiga entreabrió la puerta de su casa y le dijo a la cigarra.
- Dime amiga cigarra, ¿qué hacías tú mientras yo madrugaba para trabajar? ¿Qué hacías mientras yo cargaba con granos de trigo de acá para allá?
- Cantaba y cantaba bajo el sol- contestó la cigarra.
- ¿Eso hacías? Pues si cantabas en el verano, ahora baila durante el invierno-
Y le cerró la puerta, dejando fuera a la cigarra, que había aprendido la lección.
Moraleja: Quien quiere pasar bien el invierno, mientras es joven debe aprovechar el tiempo.

FIN

bibliografía:https://www.guiainfantil.com/1385/fabulas-para-ninos-la-cigarra-y-la-hormiga.html

viernes, 1 de septiembre de 2017



Beneficios de las fábulas para niños

Solo por el hecho de que las fábulas son un tipo de texto narrativo breve y ameno; pequeñas historias que constituyen un buen recurso lúdico y educativo para los más pequeños. Pero existen muchas más causas por las que la lectura de las fábulas es buena en la infancia y te señalamos algunas de ellas a continuación.

  • Las fábulas ayudan a estimular la memoria de los más pequeños. El hecho de que sean textos breves y con historias interesantes y divertidas, en su mayoría, hace que los niños puedan quedarse con ellas y retenerlas en su memoria durante mucho tiempo. Del mismo modo que las retuvimos nosotros y lo hicieron nuestros padres al trasladárnoslas.
  • Desarrollan la sensibilidad. Las fábulas siempre guardan a un personaje que hace el bien y otro que no lo hace. Aunque no necesariamente esto ocurre en todas, desde luego sí en su mayoría, y esto permite que el niño pueda empatizar con los personajes y ponerse en su lugar.
  • Transmiten valores Si por algo se caracterizan las fábulas es por la cantidad de valores y enseñanzas que pretenden mostrar entre sus líneas y a través de sus personajes. La amistad entre animales, la solidaridad entre personas, la codicia, la maldad, la avaricia…son ideas positivas que se utilizan en la educación cada día, y por eso las fábulas son tan buen apoyo educativo aún hoy en nuestros días.
  • Desarrollan la creatividad de los más pequeños. La fantasía que derrochan las fábulas  con hechos como el de que los animales hablen y protagonicen aventuras, encanta a los niños. La imaginación en la infancia no tiene límites, como sí puede ocurrir en el caso de los adultos, y esto hace que para los niños no sea raro que los animales protagonicen aventuras, resultándoles también de lo más divertido.
  • Enseñan. Las fábulas se caracterizan por ser textos moralizantes que se utilizaban para enseñar y guiar a las personas de siglos atrás con respecto a lo que era correcto y lo que no de forma amena y sencilla. Aunque en el pasado no estaban dedicadas de forma especial a los niños, son el público ideal para este tipo de materiales puesto que es en la infancia cuando aún no disponemos de una idea formada en torno a los derechos y los deberes, o a cómo actuar correctamente en sociedad. Qué duda cabe de que muchas fábulas sí que han perdido en la actualidad su sentido, al tratar temas de discriminación de género u otros tan tremendos como pueda ser el de los matrimonios infantiles o el de la desigualdad de clases. En este caso, estas fábulas sí que debemos desterrarlas sin ninguna contemplación, pues pueden ser algo perjudiciales para la infancia al plantearse esos temas como ideas o formas adecuadas de conducta.
  • Nos ayudan a reflexionar. Al ser textos moralizantes, las fábulas encierran en sus conclusiones lo que se denomina moraleja. Todo el contenido de una fábula gira en torno a esta moraleja, la cual se desprende con facilidad si se ha realizado una lectura o escucha atenta del contenido de la misma Los personajes de las fábulas y aquellas cosas que les pasan así como sus consecuencias, son fundamentales a la hora de desentrañar la moraleja del texto.

 

bibliografía:http://www.bosquedefantasias.com/fabulas-infantiles-cortas

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