Desde que ustedes eran chicos les contaron cuentos en su casa, 
en el jardín y en la escuela. ¡A todos nos gustan las historias!
Las leyendas se parecen a los cuentos porque son narraciones imaginarias
es decir, ficcionales. Pero tienen una característica especial: fueron creadas por 
las personas y los pueblos para explicar lo que veían a su alrededor 
les daba curiosidad: ¿por qué no vemos la luna siempre igual, sino 
que parece cambiar de forma?, ¿cuál es el origen de un río?, 
¿por qué florece una planta?, ¿cómo aparecieron los tigres 
en la Tierra?, ¿por qué vemos un grupo de estrellas 
en una época del año y no en otra?
Taller de historias
Para explicar estos y otros fenómenos de la realidad, entonces, los pueblos 
crearon leyendas entretenidas y bellas, que suelen tener personajes 
sobrenaturales y cuentan hechos maravillosos. Casi siempre,
 estas historias no tienen un autor conocido, es decir, 
son anónimas. Los adultos se las contaban a los chicos
 y ellos, de grandes, se las contaban a sus propios hijos. Así, las historias 
se transmitieron de boca en boca y de generación en generación
Por eso mismo se fueron modificando a lo largo del tiempo y, a veces, 
existen distintas versiones de una misma historia en las que cambia,
 por ejemplo, algún personaje o el lugar en el que sucede.